Tener la nariz tapada duele más de lo que crees

Respirar mal: una molesta afección que aqueja a muchos, ciertamente no peligrosa, pero cuyos efectos negativos en la vida cotidiana pueden ser más amplios de lo que comúnmente se piensa, sobre todo cuando la afección se vuelve crónica. Veamos juntos las causas y los remedios.

Las causas de una respiración nasal deficiente son muchas.

La más común es la obstructiva, debida a una inflamación de las mucosas o a la presencia de mucosidad. Sin embargo, también existen causas anatómicas debidas a constituciones particulares de las vías respiratorias que no permiten respirar correctamente, por ejemplo un tabique nasal desviado.

Pero, ¿cuáles son los problemas que puede acarrear no poder respirar por la nariz?

Tener la nariz tapada obliga a respirar por la boca, lo que no es nada saludable para nuestro organismo.

Respirar por la boca, de hecho, introduce aire sin filtrar en nuestro cuerpo (lo que no ocurre con la respiración nasal, ya que existen ciertas características en nuestro organismo que nos permiten filtrar el aire) que puede transportar polvo u otros agentes irritantes que provocan ardor, sequedad de garganta o tos.

Además, en las personas alérgicas, respirar con la boca abierta puede hacer que las alergias se agraven, ya que los alérgenos pueden entrar directamente en la cavidad bucal.

Sin embargo, el factor más importante a tener en cuenta cuando se habla de problemas relacionados con una respiración deficiente es la aparición de enfermedades concretas. Las personas que respiran principalmente, si no exclusivamente, por la boca son más propensas a desarrollar enfermedades de las primeras vías respiratorias. Pensemos, en particular, en los resfriados estacionales o alérgicos, la sinusitis crónica y la inflamación de la mucosa oral.

Estas patologías, si no se tratan, pueden degenerar en verdaderos trastornos de órganos más delicados, como los pulmones, y a veces incluso afectar al corazón.

La congestión nasal también puede perjudicar la calidad del sueño, provocando trastornos como los ronquidos o la apnea del sueño. Estos problemas reducen la oxigenación de la sangre y pueden provocar fatiga crónica y dificultades de concentración.

Por lo tanto, muy a menudo se piensa que la congestión nasal es una afección casi normal, que a la espera pasará. Sin embargo, hemos comprobado que no es una panacea para nuestro organismo y conviene actuar cuanto antes para restablecer un estado de bienestar integral .

Pero, ¿cómo podemos deshacernos de la congestión nasal?

Lo más habitual son los sprays nasales a base de sustancias vasoconstrictoras. Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que deben utilizarse con moderación. Los sprays nasales con vasoconstrictores, que son sustancias farmacológicas, deben utilizarse con moderación, ya que pueden tener efectos secundarios graves y pueden crear adicción, y tampoco deben ser utilizados por niños ni por pacientes cardíacos.

Una solución alternativa es el uso de soluciones salinas o sprays a base de agua de mar y sustancias vegetales naturales, que ayudan a descongestionar las fosas nasales suavemente, eliminando mucosidad e impurezas. También pueden ayudar las envolturas o inhalaciones con vapores enriquecidos con aceites esenciales, siempre teniendo la precaución de utilizarlos según la etiqueta.

Este tipo de soluciones naturales, al carecer de efectos secundarios, son adecuadas para adultos y niños, y también pueden utilizarse de forma prolongada.