El grosellero negro, ribes nigrum, es una planta originaria de las zonas montañosas de Eurasia. Crece de forma espontánea en el norte y centro de Europa y en Asia septentrional y se cultiva con fines alimenticios y terapéuticos. La fitoterapia emplea varias partes de dicha planta: las hojas, las yemas, las bayas y las semillas para obtener distintos beneficios.
Los derivados de las yemas de grosellero negro se emplean, por ejemplo, por sus propiedades antiinflamatorias y antihistamínicas.
Las hojas, en forma de infusiones y tinturas madre, poseen propiedades depurativas y diuréticas. Los frutos, especialmente ricos de flavonoides, son recomendados para casos de fragilidad capilar y rosácea.
Un dato curioso
Al igual que otras plantas con partes oscuras, aunque en su caso comestibles y dulces, se consideraba que el grosellero negro era una panacea contra todo tipo de mal y se empleaba para “alejar a los humores negros”, en especial, a la melancolía.
Las bayas son la base del famoso licor francés «crème de cassis» (“cassis” es el nombre de este fruto en francés).